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21 de agosto de 2025
Artículo
La vaginitis, incluida la vaginosis bacteriana (VB), la candidiasis vulvovaginal (CVV) y la tricomoniasis (TV), se encuentra entre los motivos más frecuentes por los que las mujeres buscan atención de médicos de atención primaria u obstetricia/ginecología en los EE. UU.1 Aunque sean tratables, estas infecciones pueden ser recurrentes y pueden provocar complicaciones graves si se diagnostican erróneamente o se tratan de forma inadecuada.
El diagnóstico preciso es la piedra angular de un tratamiento eficaz. Sin embargo, un estudio reciente publicado en Sexually Transmitted Diseases 2 revela una tendencia preocupante: el tratamiento empírico (iniciar el tratamiento sin los resultados de las pruebas) es generalizado y con frecuencia incoherente con los diagnósticos confirmados, especialmente en casos que implican coinfecciones.
Los hallazgos del estudio dejan algo en claro: un diagnóstico rápido y preciso en entornos cercanos al paciente es esencial para mejorar los resultados del tratamiento de la vaginitis.
La vulvovaginitis (o simplemente “vaginitis”) es un espectro de afecciones que causan diversos síntomas vaginales o vulvares, como inflamación, picor, ardor, dolor, olor y secreción vaginal. Las causas más comunes de la vaginitis son:3.4
Si se trata de forma inadecuada, la vaginitis se asocia a consecuencias importantes, como complicaciones durante el embarazo, enfermedad inflamatoria pélvica y aumento del riesgo de contraer y transmitir el VIH y otras ITS.5
El estudio2 demuestra lo siguiente:
En el estudio retrospectivo se analizaron datos de historias clínicas electrónicas y reclamaciones de 2018 a 2023, centrándose en cómo se analizó y trató a las mujeres, tanto embarazadas como no embarazadas, con síntomas de vaginitis. Los métodos diagnósticos incluyeron enfoques tradicionales (p. ej., microscopía de montaje húmedo, pH vaginal, cultivo, tinción de Gram seguida de análisis de la puntuación de Nugent, criterios de Amsel), pruebas de sondeo directo y pruebas de amplificación de ácidos nucleicos (NAAT) multiplex.
Los resultados revelaron que el tratamiento empírico está extendido en todos los métodos de análisis y en mujeres embarazadas y no embarazadas. Entre todos los pacientes que recibieron cualquier tratamiento, del 35,5 al 74,3 % recibieron tratamiento empírico y del 36,4 al 72 % recibieron tratamiento informado. Esto sugiere que muchos profesionales sanitarios están recetando el tratamiento basándose solo en los síntomas, antes de contar con información diagnóstica definitiva.
Aún más preocupante es que estos tratamientos empíricos con frecuencia no coincidieron con la infección real identificada mediante pruebas posteriores. Por ejemplo, del 6.5 al 8.2 % de las pacientes embarazadas y del 11,7 al 13 % de las no embarazadas que dieron positivo para VB a través del panel de NAAT o sondeo directo recibieron tratamiento empírico para CVV (antifúngicos).
El riesgo de un tratamiento inadecuado fue aún mayor en las pacientes con coinfección. Entre las mujeres embarazadas que dieron positivo tanto para VB como CVV a través de una sonda directa, ~23 % recibieron un tratamiento que abordó solo una o ninguna de las infecciones. Estos hallazgos subrayan las limitaciones de la prescripción basada en síntomas, especialmente cuando hay múltiples patógenos implicados.
En una nota más positiva, el estudio halló que el tratamiento era en gran medida adecuado cuando estuvo basado en resultados positivos en las pruebas. En la cohorte de no embarazadas, del 96 al 100 % de las personas que dieron positivo para VB y del 82 al 89 % de las positivas para CVV recibieron el tratamiento adecuado. Se observaron hallazgos similares en la cohorte de embarazadas.
Sin embargo, en el estudio también se observaron retrasos en el inicio del tratamiento, incluso entre quienes obtuvieron resultados de TV positivos. Algunos pacientes con resultados positivos en las pruebas no tuvieron tratamiento registrado en la semana siguiente al diagnóstico, mientras que otros no tuvieron ningún tratamiento registrado para la vaginitis. Esto apunta a posibles brechas en la atención de seguimiento, lo que puede contribuir a síntomas prolongados, transmisión de TV a las parejas sexuales y aumento del riesgo de complicaciones.
El estudio respalda un cambio hacia NAAT rápidas y multiplex capaces de detectar múltiples patógenos simultáneamente en entornos cercanos al paciente. A diferencia de los métodos tradicionales, que a menudo son insensibles y no detectan coinfecciones, y las NAAT basadas en laboratorio con tiempos de respuesta de 1 a 3 días, las NAAT multiplex en entornos cercanos al paciente pueden proporcionar resultados procesables durante la visita del paciente.
Las NAAT multiplex en entornos cercanos al paciente permiten un diagnóstico preciso y rápido, y podrían mejorar la prescripción guiada por diagnóstico. La reducción del tratamiento empírico puede disminuir las tasas de infección persistente o recurrente, y ayudar a combatir la resistencia bacteriana.
Adoptar tecnologías de diagnóstico rápidas en entornos cercanos al paciente no es solo una cuestión de comodidad, sino que es esencial para ofrecer una atención eficaz y personalizada. Para las mujeres que experimentan síntomas de vaginitis, la capacidad de recibir el tratamiento adecuado en el momento adecuado puede marcar una diferencia significativa en los resultados de salud y en la calidad de vida.
Los profesionales sanitarios y los administradores pueden utilizar los siguientes temas de conversación para recomendar llevar las pruebas NAAT en entornos cercanos al paciente a sus instalaciones.
Bibliografía
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