Directora sénior de Asuntos Médicos (ret.)
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22 de enero de 2025
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19 de noviembre de 2024
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Artículo
La resistencia bacteriana es bien reconocida como una amenaza importante para la continuación de la medicina moderna debido a las infecciones difíciles de tratar debido a múltiples bacterias resistentes, en particular bacterias gramnegativas (BGN) y enterococos resistentes a la vancomicina (ERV), especialmente en entornos de alto riesgo y pacientes vulnerables donde la morbimortalidad por dichas infecciones es alta1,2. Los programas de prevención y control de infecciones tienen como objetivo evitar la transmisión y la colonización mediante enfoques como la detección de ingresos de alto riesgo y el aislamiento o agrupamiento de personas que se sabe que están colonizadas. Sin embargo, el riesgo real de que los pacientes colonizados desarrollen infecciones ha sido difícil de cuantificar, lo que limita una comprensión completa de los beneficios de los programas de cribado y de los tratamientos profilácticos o preventivos para los pacientes colonizados.
Se trata de una revisión sistemática y metaanálisis muy detallados3 que cubren estudios de 44 cohortes en 14 países, cuyo objetivo es proporcionar la mejor estimación de los riesgos de infección para los pacientes portadores gastrointestinales de BGN o ERV multirresistentes, calculados como una incidencia acumulada o densidad de incidencia de infección, teniendo en cuenta plazos bien definidos. En resumen, los autores pudieron demostrar que el riesgo de infección es más alto para aquellos pacientes colonizados con bacterias gramnegativas resistentes a los antibióticos carbapenémicos (aproximadamente 4 por cada 1000 días-paciente), y que este riesgo es casi cinco veces mayor que el riesgo para los pacientes colonizados con ERV.
Los autores reconocen algunas limitaciones en este estudio, especialmente en torno al hecho de que el análisis estaba limitado por diferencias regionales en el número de fuentes de datos y datos de incidencia disponibles. Sin embargo, este tipo de datos será cada vez más relevante a medida que las instituciones sanitarias tomen decisiones difíciles sobre la priorización de programas de vigilancia activa y la consideración de qué pacientes se beneficiarían más de los regímenes de tratamiento antibiótico profiláctico o preventivo planificados.
Bibliografía:
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